Me acabo de tumbar en la cama, para reflexionar, quizás para llorar… en definitiva para rememorar todo lo que ha ocurrido. He cerrado los ojos y me he sentido terriblemente triste. Pero he decidido que no debía de hacerlo. Debía de contar cómo me he sentido todos estos meses atrás y sobre todo cómo me he sentido estas últimas semanas.
Naturalmente siempre es difícil aceptar un “no” por respuesta. A mí me ha dolido mucho, me ha hecho sentir pequeña y diminuta. Me ha hecho sentir una mierda. Me ha hecho quedarme sin palabras. Me ha hecho llorar. Si me paro a pensar en todo ese sufrimiento, me puedo dar cuenta que toda esta desazón no es por el “no”. Todo este sufrimiento y esta tristeza es por la decepción que se pueden llevar mi gente con esta noticia. Lo sé, soy tonta, no debería pensar tan negativo. Y desde luego que no pienso todo el rato en ello. Pero no puedo evitar sentirme mal, porque detrás de todo mi esfuerzo, de tanta espera, de tanta ilusión… detrás de tantas cosas, había muchísimas personas mandándome tanto cariño, tanto apoyo, tanto ánimo... Lo siento, no puedo evitar estar fallándoles. Se me parte el alma por esto.
Reconozco que soy de autoestima más bien bajita… reconozco que soy una persona insegura, que no me gusta creerme mucho mis virtudes. Para mí todos estos días han sido tan especiales, tan cargados de momentos bonitos. Yo ya he ganado. Me han devuelto mi autoestima, me han hecho sentirme muy feliz. Y esto es por muchas razones.
Hace ahora un año estaba empezándome a enfrentar al curso más complicado que había podido realizar hasta el momento. Tenía ganas, ilusiones, miedos… tenía muchas cosas. Pero había algo que no tenía. No tenía nada claro. No me veía un futuro, no sabía qué hacer con mi vida una vez acabado el curso, y si es que lo iba a acabar. Pasaron los meses y mi angustia era cada vez mayor… poco a poco despertó algo en mí. Pero no quería compartirlo, no sabía si iba a ser algo pasajero y en tal caso prefería no alarmar a nadie. Pasaba el tiempo y cada vez aquello que se había despertado se hacía más fuerte. Decidí contarlo…
Quiero ser actriz. Quiero, o al menos intentarlo.
Acabé el bachiller, me presenté a selectividad y seguía teniéndolo en mente. Quería presentarme a las pruebas de interpretación de la Real Escuela Superior de Arte Dramático. Me busqué un poco la vida como pude para conseguir prepararme lo mejor que pudiera para la prueba. Encontré una academia. Renuncié a mi mes de Julio y me quedé en Madrid. Pero el mes se pasó volando y en Agosto pude irme a distintos sitios para finalizar el verano. Y en un abrir y cerrar de ojos estábamos en Septiembre. Volví a tomar clases en la academia para repasar antes de la primera prueba. La prueba escrita. La aprobé. Me sentí muy contenta, pasé muchos nervios, muchas inseguridades. Pero aprobé y pasé a la siguiente prueba. Esta era la más complicada y sinceramente no me veía capaz de superarla, como así ha sido. Me siento triste por ello, pero no creo ni debo que tenga que dedicarle mucho más tiempo ni comederos de cabeza. Creo que he hecho una buena prueba a pesar del resultado, creo que para todo el empeño que he dedicado he avanzado muchísimo. Tal vez no he llegado al listón que ellos tienen puesto, pero para mí es más que suficiente. Estoy orgullosa.
He elegido una profesión dura, como muchas otras. A lo largo de mi vida me voy a llevar muchísimos, pero que muchísimos “noes”. Y hoy por hoy mi máxima aspiración es formarme. Porque yo lo que quiero es ser una “buena” actriz. Y para ello hay que estudiar mucho y muy duro. Pero es lo que quiero. Quiero dejarme la piel en ello. Quiero intentarlo. Por una vez en la vida voy a decirlo. Este es mi sueño y voy a luchar por él. No me importa que no haya podido pasar la segunda prueba. Es mi primer “no” dentro de una larga lista de “noes” y cuanto antes empiece a aceptarlos mejor será para mí. Ya vendrán “síes”, estoy segura de ello.
Como ya he dicho, yo ya he ganado. He aprendido muchísimo y para mí eso es lo más importante. He aprendido a controlar mis nervios y eso no es nada fácil ni a mi edad, ni cuando eres mayor. He tenido mi primer contacto con la interpretación y ha sido fascinante. Después de haberlo tenido, no me cabe ninguna duda.
Este es mi sitio. Y voy a quedarme.
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