Dream as if you´ll live forever. Live as if you´ll die today.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Una carta para ti.

Prométeme que estarás esperándome en la estación del tren cuando mi maleta y yo bajemos a abrazarte. Prométeme que me arroparás los días que pase a tu lado. Que te costará mucho decirme "hasta pronto". Intenta hacerme feliz. Yo haré todo lo que esté en mi mano. Y cogeré la tuya mientras paseemos por el Parque Güell. Abrázame en estas noches de invierno. Atrévete a quererme. Y yo prometeré no hacer promesas que luego destruíamos. Sé el primero en hacerme ilusiones que más tarde no estampe frente a mi tristeza. Te lo agradeceré. Déjame cantarte al oído cuando nos sentemos frente al mar. Sé el primero que no me lleve al abismo y luego me deje caer sola.
Por favor, sé el primero en no hacerme daño.

martes, 22 de noviembre de 2011

te recuerdo

No quisiste seguir. Ya nada te importaba. No existían en ti razones por las que continuar luchando. Tan solo querías escapar de todo lo que te aterrorizaba y quizás eras tú realmente quien te aterrorizaba. Un día cualquiera desapareciste, te fugaste y nunca jamás volví a ver tu rostro. Con aquella facilidad con la que te esfumaste fue así como se rompió un pedazo de mi corazón. Simplemente dijiste que no y en un abrir y cerrar de ojos se te fue todo, y te fuiste tú. No tuve la ocasión de despedirme de ti, ni con un simple "adiós". Solo me quedaba lamentarme de no haber podido ayudarte, solo me quedaba refugiarme en mis recuerdos y recordarte, solo me quedaba aquella sonrisa con la que a veces me mirabas. Te fuiste para empezar de cero, para buscar otra salida, por abrirse a lo desconocido. Pero tardaste en darte cuenta que realmente lo que querías era no seguir luchando.
Eras único en tu especie y eso era lo más brillante que tenías y lo que para ti significaba un tormento. Querías conocer el verdadero significado de la vida, solo querías saber si habría otra oportunidad para ti, pero no pudiste más y te diste por vencido. Tal vez fue lo mejor que pudiera haber pasado. Ahora intento mirar hacia el futuro, pero siempre vuelves a mis recuerdos. A veces, de vez en cuando me paro desde aquí abajo a observarte y creo sinceramente que ahora eres más feliz que nunca, y eso me enorgullece...
Todo lo que conseguiste fue único e insuperable y desde mi impotencia me siento orgullosa de ti.

sábado, 19 de noviembre de 2011

¿Y tú?

El dolor de los que se fueron,
el recuerdo de los que se quedan.
Nadie manda en nuestros pensamientos,
o así debería de ser.
Solo nosotros tenemos nuestra propia palabra,
un “nosotros” que se resquebraja
cuando la injusticia nos golpea a latigazos
y el llanto no nos deja respirar.

Amamos como queremos,
o así debería de ser.
En esta tierra libre,
donde el dinero es más grande
que los corazones
y los humanos nos volvemos más animales.

Sabiduría en silencio del pobre.
Ignorancia y verborrea del rico.
Corazones que se abren en canal,
cuando unos padres pegan a sus hijos
y una mujer muere de miedo antes que de asesinato.
Mientras, la sonrisa de un niño desnutrido
se marchita de la mirada de un turista.

¿Y qué nos queda?

Pasear y vivir.
Crecer de nuestro ego.
Volver la cabeza y seguir nuestro camino.

¿Y mientras tanto?

Un hombre mendiga amor en la calle.
Un político nos ensucia el pensamiento.
Una niña crece y le practican la ablación.
Un anciano pasa sus últimos días respirando aire que no es suyo.
Una enfermedad se alimenta de la vida de una madre.
Una familia muere en un accidente de coche.
Una joven desaparece sin dejar rastro.
Un bebé es encontrado vivo bajo unos escombros.
Una pastilla le abre las puertas al precipicio a la vida de un joven.
Una bomba acaba con la alegría de miles de personas.
Una mujer se parte en dos trabajando para mantener a sus hijos.

¿Qué haces tú mientras todo esto pasa?

domingo, 6 de noviembre de 2011

Seguiré pensando

Si me paro a pensar, hay muchas cosas que nos alejaron. La distancia, las cenas, las comidas, los cumpleaños, la Nochebuena. Si me paro a pensar, tú ya no me cepillas el pelo ni me maquillas en ocasiones especiales. Si me paro a pensar, yo ya no regojo tu vestido blanco hacia el altar. Si me paro a pensar, no siento tu colonia Carolina Herrera cuando me ahogo con tus pechos cuando me das un fuerte abrazo. Si me paro a pensar, ya no nos sentamos en el sofá y mi madre nos tapa con una manta cuando nos aburrimos de jugar al póker. Si me paro a pensar, todavía me acuerdo de tu pulsera que tenía un delfín y me dejabas ponérmela cuando yo te lo pedía. Si me paro a pensar, ya no dormimos juntas sin quedarnos profundamente dormidas porque queremos saltar de la cama para ir a ver lo que nos ha dejado esta Navidad Papá Noel. Si me paro a pensar, ya no me disfrazas ni me pintas las uñas en Carnaval. Si me paro a pensar, ya no me miras, te miro y empezamos a reírnos porque sí, porque nos da la gana. Si me paro a pensar, ya no te enfadas conmigo y te comportas como si fueras una madre gruñona, ay que ver qué carácter. Si me paro a pensar, ya no me das a probar de tus cafés y sigo poniendo caras agrias de lo malo que puede estar. Si me paro a pensar, ya no sueltas las charlas a mi hermano de “qué vas a hacer con tu vida”. Si me paro a pensar, ya no vienes a mi casa a hacer de niñera cuando mis padres se van de cenas. Ya no me haces esos huevos fritos que estaban especialmente buenos. Ni esos bizcochos con receta de la abuela. Si me paro a pensar, tú ya no eres la mayor ni yo la pequeña. Porque yo ya crecí. Si me paro a pensar, empiezo a no acordarme de cómo era tu rostro. Porque si me paro a pensar, hace mucho tiempo qué dejaste de hacer cosas conmigo. Y las echo y te echo de menos. Así que seguiré pensando en qué puedo hacer para recuperarte. 

viernes, 4 de noviembre de 2011

"Quiéreme si te atreves"

No, no digas nada. Yo hablaré. ¿Me has echado de menos? Porque yo a ti mucho.
Eres un verdadero tirano, ¿sabes?
Me cuesta estar enfadada contigo, pero esta te la guardo. No te hagas ilusiones. 
Me gustaría hablar pasando del juego... por una vez.
¿Te gusta mi vestido? Se lo he birlado a mi hermana. Tenía este y otro rojo tipo bomba nuclear o algo así... Debí de ponerme ese... lo sé.
He debido pasarme más o menos tres horas frente al espejo. ¡Pero ha merecido la pena, estoy guapa! Y espero gustarte si no te meto un tortazo.
¡Espera! Shhh.... ¿Por dónde iba?
El problema es que si me dijeras "me encantas" no podría creérmelo. Julián, ya no sé cuando es un juego y cuando es verdad. 
Estoy perdida. ¡Espera, espera! No he terminado. 
Dime que me quieres. Dímelo porque yo jamás me atreveré a decírtelo primero. 
Me daría miedo que pensaras que es un juego.
Sálvame, te lo suplico.



"Jeux d´enfants"

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Autoayuda cuando no puedes hablar


Intento expresarlo pero no puedo. No me veo capaz de ser fuerte y tirar hacia adelante. No puedo.  Me viene el recuerdo traducido al inglés “I can´t”. Me vienen muchos recuerdos. Tus primeros lloros, tus primeras decepciones. Y de fondo suena “Everybody Hurts” de REM. No puedo evitar caer en la tentación de llorar lágrimas que no se merecen ser derramadas, no puedo. No podría soportar verte caer. Recuerdo tu ilusión y todas las fuerzas que pusiste en esto. Y recuerdo como te han ido arrebatando esta ilusión. No puedo verte llorar. Recuerdo tu tristeza hace un año y me muero de miedo al pensar que se vuelva a repetir la misma situación. Se me hizo terrible. No quiero ni puedo consentirlo. Quiero que me arropes. Quiero seguir siendo yo la pequeña. Ahora eres tú la que te me haces pequeña a los pies de mi cama. Y no puedo soportarlo, no puedo. No puedo evitar ahogarme en terminables lágrimas. Tu tristeza es la mía, eso siempre será así. Eso no lo podré evitar nunca. Te prometo que no vas a caer. No lo voy a permitir. Prometo sacar toda la fuerza del mundo. Me partiré en dos si hace falta. Pero sacaré la fuerza de ambas. Estate tranquila. “Soledad” es una palabra que entre tú y yo no existe. Te quiero por encima de todo. Y por encima de todo el daño que te puedan hacer yo voy a estar a los pies de tu cama. Te taparé con mi cariño todas las noches.
Con toda mi alma. “La nuestra”

martes, 1 de noviembre de 2011

quédatela

Te llevaste mis ganas de dar una bofetada al recuerdo de tu pecho sobre el mío.
Te llevaste mis fuerzas de poder apartarte de mi camino.
Hemos cambiado y lo vivido hace tiempo que se marchitó.
Ni tú, ni tu presencia estáis conmigo. Y eso me alegra, mucho.
No te añoro cuando pienso en voz alta o baja, no suplico que vuelvas a mi cama un mes de Diciembre cuando ya habías engañado mi cuerpo.
No te pido nada porque no me importa lo que me puedas dar. No valdría absolutamente nada.
Ni las palabras ni los perdones me importan. Hace tiempo que dejaste de importarme.
Ni el calor que me diste cuando tenía cuarenta de fiebre y me diste apoyo cuando la familia se derrumbaba.
Ni las noches de verano tumbados en la playa contando las estrellas que nos tapaban esas noches de los malos ratos que llegarían más tarde.
No pido haberme enamorado de ti porque afortunadamente no llegué a hacerlo.
Te llevaste una patada en el radiador de tu coche cuando creábamos el amor perfecto.
El amor donde ni tú ni yo nos comunicábamos mediante la palabra.
Recuerdo tu saludo al cabo de los meses con la cara llena de vergüenza y tus palabras flaqueando ante mis ojos.
Recuerdo que esos días no me los hiciste amargos ni dulces.
Tú ya no formabas parte de mi vida.
Porque te llevaste todo aquella última vez que me hiciste el amor cuando ya te habías ocupado de otro cuerpo. Y eso duele, aunque no te pido explicación por ello.
Pero hay algo que es mío y llevaste aquel mes de Agosto: mi virginidad.
No me la envíes por correo ni por fax, quédatela.
Al fin y al cabo entre tanto gris puedo recordar ciertos colores. Y esos colores son bonitos.
Gracias por haberme enseñado a madurar con mis actos.