Dream as if you´ll live forever. Live as if you´ll die today.

jueves, 18 de octubre de 2012

Ciudad de mi alma.


Derramo lágrimas de amor al sentarme al escribir sobre vos. Duermes los sueños que tenemos por vivir. Y los plasmo en un papel. Siento que la vida va deprisa y que no pide paso la soledad ni el olvido en este colchón. Mi paso eres tú. Conseguiste de mí sacar al vuelo una sonrisa desconocedora de mi misma. Me hiciste mujer en tus brazos junto a esa arena una noche de Agosto. Me hundiste bajo el agua para probar mis labios mojados. Me perdí en estas calles de esta cuidad imaginando que estarías en cada esquina. Anduve sola y acompañada de mis pensamientos. Pestañeé y sonreí en los trayectos del desfortunio. Me atemoricé y me faltó oxígeno cada vez que mi sonrisa se transformaba de preocupaciones. Suplicando no perder mi valor más querido. Pensando en no soportar, en no permitir, en no verme capaz de continuar una vida sin este cachito de mí que eres tú. Sentí miedo cuando tus ciber-ojos parecían haber tomado distancia. Sentí lo malo en un día malo junto con un pasado y futuro bueno, algo inevitable. Y ahora amor, sé que crecemos, que entendemos nuestros pros, nuestros contras, que volamos en nubes donde a veces nos volcamos, pero sé que pronto retomamos el viaje. Amor, ahora sé que nos prometimos sentir y dejar a los filósofos eso de pensar, y transformarnos en uno cada vez que tu aliento se acercase a mis suspiros. Ahora sé que no imagino tu encuentro por esta ciudad. Amor, será aquí y ahora; grados centígrados que calienten el vacío que nos dejamos y que llenamos cuando no hay seiscientos kilómetros. Y finalmente amor, será entonces cuando mi mente no imaginará posibles porque te tendré en esta ciudad de mi alma. Llamada nosotros.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Esa nada, será todo


Pierdo el sentido, pierdo a mi musa. La que acompaña a mis pies para salir de mi cama y enfrentarme a un nuevo día. Los otoños rápidos que se llevan por delante el calor de tu recuerdo. No puedo ni quiero soportar tal blasfemia. El frío no cesa en mi mente y aturulla mi alma con puñales. Pierdo las ganas y compro todo el miedo a los demás. Y a cambio regalo o me dejo olvidado a mi propio ser. Masoquismo en estado puro. Voy, vengo, vuelvo y me dejo llevar a ningún lugar dónde nadie me importa. Ningún lugar, ningún nada. No hay nada. Solo tengo a mi mente, que piensa en ti. Que eres un todo donde no puedo reencontrarte. Que mi mente piensa por mí sin yo apenas permitirlo. Dolor del que quiero salir, constantes ruedas que se acercan a un abismo. Me ahoga pensar el qué ocurrirá. Me ahogo de mis pensamientos generados con estas manos. Manos que me apuñalo inconscientemente. Porque es eso. No puedo controlarlo, no puedo apoderarme de mi mente y decirme “basta, se acabó, deja de apedrearte”. Quiero pensar y quiero que al pensar en lo que pienso me lo crea con la verdad más absoluta. No dudar. Ni de ti, por mí. Ni de mi misma. Solo quiero encontrar las piezas que perdí sin darme cuenta. Y que por favor seas tú quién me ayudes a encontrarlas. Y finalmente me reponga con tus besos. Entonces esa nada, será todo. Y entonces, aseguro no soltar tu mano cuando alguna fuerza extraña me lleve a la duda.