Dream as if you´ll live forever. Live as if you´ll die today.

martes, 30 de agosto de 2011

Ven, siéntate. Te contaré una historia.

Se tropezó torpemente mientras se le cayeron las gafas de culo de vaso al suelo y sin querer las rompió con un pisotón. Resbaló y cayó precipitadamente al suelo. Y empezó a reírse a carcajada limpia. Se rió y no dejó de hacerlo durante un largo rato. Y yo que le miraba tan asombrada por su torpeza no paraba de preguntarme por qué se reía. Y es que no paraba… se le saltaban lagrimillas de tanto reír. Y entre tanta risa intentaba decirme, “no puedo más, me duele tanto la tripa de reírme” y continuaba. Yo ya empezaba a mosquearme, tal vez se estuviera riendo de mí. Realmente era exagerado. Y él al ver que yo cambiaba mi cara de asombro por aquella de enfado dejó de reír y me miró fijamente. Se levantó como pudo y siguió mirándome. Yo no entendía absolutamente nada. Se le habían roto las gafas, se había caído al suelo y se había puesto a reír como si le estuvieran contando el mejor chiste del mundo. Luego al ver que no me hacía ninguna gracia se levantó y se puso a mirarme cual estúpido ya que no podía verme con mucha nitidez. ¿Pero qué carajo? Ahora el muy sin vergüenza se le escapaba una risilla y alguna que otra sonrisa. Y yo que tengo mi carácter estaba ya empezándome a calentar… Tú imagínatelo; aquel mamarracho, torpe, con sus gafas de culo de vaso rotas, a medio metro de mí y mirándome como si no hubiera visto a una mujer de metro sesenta. Y con toda mi mala leche, porque cuando a una la tocan las narices, se las tocan llegó el momento de pronunciarme. Pero como no, él se me adelantó. Tenía que habérmelo imaginado. Será posible… Total que va y me suelta: “Ay perdóneme mujer, le habré parecido un poco estúpido… realmente lo siento. Pero es que cuando la he visto y de repente he tropezado, me he caído y me he puesto a reír como si fuera un chiquillo cualquiera. Madre mía cada vez que lo pienso… que mal rato. Y usted, con lo hermosa que es. Quien tuviera más edad para poder pretenderla. Lo siento por haberla enojado, pero realmente usted ha tenido cierta culpa de que me haya puesto tan nervioso. No sé qué me ha pasado, no suelo ser tan descortés. Permítame que le pida que este pequeño accidente no salga de aquí”. Y yo que pensaba que era tonto y va el chico y me dice eso. La verdad que me sentí como una jovenzuela. Me temblaban las piernas y el corazón me iba a toda prisa. Hacía mucho que no me sentía así. Ahora que se había quitado las gafas pude observarle más detenidamente y a pesar de todo era un mozo muy guapo. Quién tuviera unos añitos menos. Madre mía será cosa de la edad que me he quedado embobada como una niña mirándole. Ahora quien pasaba vergüenza era yo. Total que no se me ocurrió otra cosa que reírme. Comencé a reírme y a reírme. Me había quedado callada sin responderle y solo se me ocurrió eso. Reírme. Y él que no sabía si irse, quedarse o morirse allí mismo de la vergüenza empezó a reírse conmigo. Y allí estábamos los dos. Riéndonos sin saber muy bien por qué. Yo paré y por fin me atreví a hablar: “Perdóname a mí. Me llamo Manuela y por favor si quieres que nos llevemos bien no me trates de usted, que todavía soy una señorita”.  Él me miró y me dedicó la mejor sonrisa que me habían podido regalar en vida. Y así fue como le conocí. Desde entonces cambié los prejuicios por el cariño hacia los demás. Me volví una persona mucho más dulce, como él así me llamaba. Porque no solo me cambió el nombre. También me cambió la vida. Nuestra vida.



lunes, 29 de agosto de 2011

Pase lo que pase.

Creció conmigo. Y ese es el mejor regalo que la vida me ha podido dar. Laura. Es así como se llama. Vino a mi vida al mismo tiempo que yo llegué a la suya, ella con cinco y yo con cuatro años. Desde entonces no solamente es Laura. Es mi mejor amiga, mi hermana, uno de mis elementos. Ahora ella tiene dieciocho y yo diecisiete y parece que fue ayer, con ese pelito corto que ella tenía, sus camisetas con lamparones y de vez en cuando un parche para ayudar a su ojito vago. Esa era la niña que me rescató cuando yo tenía cuatro años. Ahora es toda una mujer. ¡Y qué mujer! Tan bella y preciosa, tan sincera y risueña, tan cariñosa y tierna. Lo tiene todo y no es porque yo lo diga.  A la vista está. La quiero tanto y desde hace tanto tiempo que cualquier cosa que le pase es como si me pasara a mí. Su sufrimiento es el mío. Y su felicidad la mía. No voy a permitir que derrame lágrimas innecesarias. No voy a permitir que se sienta sola en ningún momento. Porque como ha sido hasta el momento juntas podremos con todo. Juntas, como hermanas.
No hay nadie como tú.














viernes, 26 de agosto de 2011

Perfection

Qué perfecto es cuando tienes el poder de tu imaginación. Cuando te dejas llevar por mundos subterráneos y es tu alma quien domina tu cuerpo. Qué perfecto es todo cuando su piel toca la tuya queriéndose derretir, cuando te acaricia el cuello y se deja vencer por sus sentimientos. Tan perfecto que dura por muy poco tiempo. Unos días tal vez, horas en las que el amor marca nuestro estado de ánimo y nuestra pasión se apodera de nuestros impulsos. Y pensar que el viento azotaba mis cabellos contra su linda cara y su sonrisa me vencía como prisionera. Qué perfecto puede ser todo cuando dos cuerpos se juntan y la magia es quien se lleva el papel protagonista. Tan perfecto como irreal.

lunes, 22 de agosto de 2011

Quiero




Quiero revolcarme contigo y que se nos meta la arena por sitios insospechados, quiero vivir momentos que nadie me haya podido regalar hasta ahora, quiero que las olas nos hagan ser uno, quiero que mis labios se junten con los tuyos y nadie sea capaz de despegarlos, quiero inventar historias que sean incapaces de ser escritas, quiero que la vida nos sonría a la vez y que sea así todo el tiempo, quiero que mis lágrimas se conformen con salir de mi lagrimal cada vez que me muera de risa, quiero jugar a que somos los únicos que tenemos en nuestras manos el poder de ser felices, quiero parar el tiempo cada vez que te tenga encima de mí, quiero dibujarte y darte el color que antes te faltó, quiero pelearme con las sábanas por tocar tu piel, quiero despertarme cada mañana y ver tu sonrisa tan tímida que me sonrojó desde el primer día….

Quiero tantas cosas que me conformaría con amarnos y que eso nunca fuera difícil.

miércoles, 17 de agosto de 2011

lunes, 1 de agosto de 2011

Del blanco al gris, del gris al negro

Las sábanas se apoderan de mí
y el colchón de mis fuerzas.


Los días oscurecen mi cicatriz
y la tiritona se ahoga en mis tormentas.


Lo blanco se vuelve gris,
lo gris cambia a negro,
y lo negro no me deja ni vivir.


¿Tanto es lo que yo más quiero?
tanto, que si pudiera venderlo
no me valdría el dinero.


Qué triste suena al oírlo,
parece que no, pero he aprendido,
aunque por aprender, quisiera repetirlo.


Parezco o lo soy,
porque es tonta como a veces me he sentido,
porque por mucho más que lo niegue,
no pueda combatirlo.


Porque lo blanco ya es gris
y lo gris hace rato que es negro
y de lo negro mejor ni repetir.