Dream as if you´ll live forever. Live as if you´ll die today.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Es demasiado tarde.

Se hace tarde. Las calles ya han cerrado las puertas al público y tú sigues sentado en ese banco que tanto te gusta. Ya es tarde… las sonrisas se han hecho mas pequeñas todavía (si cabe).  Mis ojos ya no saben donde mirar, tenían prohibido mirarte. Se han saltado las reglas. Tú has hecho que se las saltaran. Se hace demasiado tarde. Y tú en ese banco. Tú… mirándome. Y yo intentando apartar tu mirada. Sigues mirándome. No quiero ¿lo entiendes? Parece ser que no.  Es tarde para mirarte y tarde para que tú sigas observándome. ¿Qué quieres? Deja de prometerme lo que nunca cumplirás. Déjalo. Me dijiste que jamás me harías daño, que no permitiera que nadie me hiciera daño. Que mis lágrimas no se derramaran tontamente. Estás a punto de que lo hagan. Hoy me miras y mañana…. Mañana ni existiré (para ti). Porque eso es lo que me pregunto. ¿Qué soy para ti? Mientras me pregunto esto tú sigues mirándome. Pero mañana… mañana ya no. Ya será tarde. Como lo es el estar aquí. Tarde. Porque así es como son nuestros sentimientos. Tardíos. Llegan cuando no deben. Y hacen daño. Un daño que se puede soportar y que te golpea fuertemente (todo al mismo tiempo). Pero sigues queriendo más. Como una droga. Sabes que no debes. Pero… el deber a veces no es suficiente. Siempre está ahí. Sabes que no debes caer en la tentación. Pero somos débiles. La debilidad rompe con todo. Alegría y dolor a la vez. Y siempre se repite la misma historia. Una y otra vez. Rutina tras rutina. Y tú sigues ahí. Mirándome. Y yo… me pregunto cuando va a acabar todo esto. Me pregunto si tendrá un final y me da igual si no son con perdices. Porque ahora mismo lo que quiero es que acabe. Fin. Punto y final. Adiós. Y que sea para siempre. Que solo me quede tu recuerdo. Y que mi vida empiece de cero. Y mi camino sea otro. Uno que yo dibuje, no que tú me hagas dibujar. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario