Dream as if you´ll live forever. Live as if you´ll die today.

martes, 1 de noviembre de 2011

quédatela

Te llevaste mis ganas de dar una bofetada al recuerdo de tu pecho sobre el mío.
Te llevaste mis fuerzas de poder apartarte de mi camino.
Hemos cambiado y lo vivido hace tiempo que se marchitó.
Ni tú, ni tu presencia estáis conmigo. Y eso me alegra, mucho.
No te añoro cuando pienso en voz alta o baja, no suplico que vuelvas a mi cama un mes de Diciembre cuando ya habías engañado mi cuerpo.
No te pido nada porque no me importa lo que me puedas dar. No valdría absolutamente nada.
Ni las palabras ni los perdones me importan. Hace tiempo que dejaste de importarme.
Ni el calor que me diste cuando tenía cuarenta de fiebre y me diste apoyo cuando la familia se derrumbaba.
Ni las noches de verano tumbados en la playa contando las estrellas que nos tapaban esas noches de los malos ratos que llegarían más tarde.
No pido haberme enamorado de ti porque afortunadamente no llegué a hacerlo.
Te llevaste una patada en el radiador de tu coche cuando creábamos el amor perfecto.
El amor donde ni tú ni yo nos comunicábamos mediante la palabra.
Recuerdo tu saludo al cabo de los meses con la cara llena de vergüenza y tus palabras flaqueando ante mis ojos.
Recuerdo que esos días no me los hiciste amargos ni dulces.
Tú ya no formabas parte de mi vida.
Porque te llevaste todo aquella última vez que me hiciste el amor cuando ya te habías ocupado de otro cuerpo. Y eso duele, aunque no te pido explicación por ello.
Pero hay algo que es mío y llevaste aquel mes de Agosto: mi virginidad.
No me la envíes por correo ni por fax, quédatela.
Al fin y al cabo entre tanto gris puedo recordar ciertos colores. Y esos colores son bonitos.
Gracias por haberme enseñado a madurar con mis actos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario