Cuando los astros se dirigen hacia mí me quedo sin aliento, sin fuerzas para poderte dirigir ni una sola mirada. Me quedo muda cuando huelo tu respiración, aquella que se posa sobre mi pecho y que me dedica una tierna sonrisa. Como si fuera la última en este mundo. Me palpita el corazón tan rápido que no hay palabras que pueda pronunciar... no hay manera de poder expresar de alguna forma lo que siento por ti. Igual si que la hay. No diciendo nada... porque es lo único que te puedo decir. Nada. El silencio es bonito entre tú y yo. No hace falta hacer uso de la palabra para hacer llegar el mensaje al otro. Una pausa, el sonido de la nada, nuestra propia respiración, nuestro propio palpitar, tu olor, el mío... Todo aquello que no se dice con palabras es aquello que nosotros nos decimos con más fuerza que nunca.
Tan solo bésame
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