Para cuando tú me leas, ya no estarás aquí. Para cuando me escribas
mis pasos volverán hacia ti. Son días grises y oscuros, y yo, miradas perdidas,
miradas solas. Mi cuerpo y mi alma realmente vacíos se sienten. Tú ya no estás.
Volaste a otro lugar, yo me quedé al otro lado del mar. Mis lágrimas están
cansadas de caer sobre este rostro sin gracia. Yo no quiero sufrir, no quiero
vivir sin ganas en esta ciudad sin alma. Hay un miedo infinito a estos eternos
días. No sé si soy capaz, no sé a dónde voy… Sólo sé que la soledad es el peor
acompañante que existe. Y es que hace días que está aquí y no se quiere ir. Ven
tú, por favor. Dime cosas que yo ya sé, dímelas. Tranquilízame, bésame y por
favor, ámame.
Lo sé, perdí no sé en qué momento la virtud de mi interior…
Perdí mi capacidad y mi independencia. Sálvame.
14/02/14
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