Que nos lleven a mundos imaginarios que nosotros imaginemos.
Que nos creamos que somos los reyes de estas sábanas.
Que
tú y yo. Que yo y tú.
Que
nos juntemos y seamos una capa de múltiples
formas donde ser uno.
Que
me llenes del cariño que me
faltan las noches que no te tengo a mi lado.
Que
me contagies esa sonrisa que se te ilumina cuando abres los ojos,
ya
que tus palabras se atragantan de sentimientos impronunciables.
Dame
los besos que me faltan todas las noches,
que me faltan todos los días.
Son
muchos.
Muchísimos más de los que
te puedas imaginar.
Infinitos.
Últimamente mis paseos sobre mis
recuerdos tienden a infinito.
Déjame abrazarte infinitamente.
Y
comerte a besos.
Infinitamente.
Y
recorrer mi boca sobre tu cuerpo.
Y
no dejar de hacerlo.
Que la luna nos mire con dobles sentidos.
Que
las olas acompasen los latidos.
Infinitos
latidos, acelerados por el tiempo que nos queda.
Convertidos
en uno.
Y
que tres ciudades se junten.
Y
que dos cuerpos se unan.
Y
que todo se funda.
Y que desde ese momento, yo tienda a infinito.
Y que desde ese momento, yo tienda a infinito.
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