Dream as if you´ll live forever. Live as if you´ll die today.

jueves, 27 de octubre de 2011

Positivismo

Hoy dejo caer a la soledad. Mis abrigos los he sacado a ventilar el invierno pasado. Las lágrimas que se tradujeron en suspiros ininterrumpidos cuando tu voz faltaba a la hora de la siesta. ¿Y si en la calle no se encuentran las mismas cosas? Los mismos árboles, la misma contaminación, los mismos bancos, las mismas paradas de autobús. Las mismas personas. Hoy ya no busco lo que me olvidé en la calle. Y si me preguntas, ¿qué es lo que nos faltó? Tampoco sabré que responderte. Hoy ya me he perdido de respuestas que quise responder al viento cuando me preguntaba qué tenía yo que no tuvieran otras personas, ¿por qué yo? Y tampoco supe responderme a mí misma con cierta objetividad. Los intrusos se colaron y se llevaron el calor que hacía cuando gritabas al aire las veces que quisiste cerrar la puerta para no volver. Los peatones ya no se equivocan al cruzar la calle de la amargura. Tienen suerte de que les visite la lluvia en el limpiaparabrisas de los coches. Mala suerte de que haya muertes que pisoteen alegrías que quedan por vivir. Mientras tanto, la noche avanza en esta leña que intenta luchar con el fuego que precisamente me abriga entre la penumbra. Mis pies siguen con frío. El calor que te llevaste la vez que te atreviste a cerrar la puerta y no volver. Bucean las palabras que sonaban en aquella melodía que tanto nos unió durante años… ¿cómo es posible que ahora careciera de sentido tal melodía?  Había arrasado con todo. Hoy, que trataba de traficar felicidad entre tantas caras tristes, te asomaste al vacío y quisiste llamar mi atención. Y no sé cómo, lo conseguiste. Las arrugas se han llevado consigo la tristeza que me producía fruncir el ceño y atropellarme con todo lo que tenía que lanzar al mar. Ahora, que ya arrojé todo lo que quise, me propongo que hoy empezaré a guardar cada detalle que crea justo y necesario y que no tenga sentido alguno olvidarlo. Hoy, empezará el día en que trate de traficar con esa felicidad que proponía enviarla por correo al desencuentro. Hoy tendré una nueva carta en el buzón. Y esta vez no será el gas, ni será telefónica. Bienvenida a las buenas noticias. 








P.D. te he echado de menos, no puedo vivir sin ti, mi querido Blog.

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