-No hay prisa. No la necesito, ni ella a mí. Nunca nos hemos entendido bien.
- Me parece bien tu elección. Me gusta que la prisa no vaya contigo. Pero a veces hay que tomar una decisión ¿sabes? hay que hacer algo, hay que estar en alerta. No sé si sabes de lo que te hablo…
Hablo del momento en el que la vida no te está esperando. La vida está ahí cuando bajas las escaleras de tu casa, tiras la bolsa de basura al contenedor y empiezas un nuevo día. Esa es tu vida y hay veces que uno tiene que hacerse dueño de su propia vida. Hay veces que hay que tener iniciativa y no dejarse llevar queriendo que otro se ocupe de escribir tu destino. Yo creo en el destino, todos tenemos uno. Pero en cierto modo somos responsables de él. Y eso no tiene por qué ser algo malo; sino todo lo contrario, por que tomar las riendas de tu propia vida te ayuda a enfrentarla con más madurez, a no dejarte pisotear como si fueras una colilla que hay que apagar. Por lo tanto considero que a veces tenemos que dejar las chiquilladas y los cuentos a un lado, porque si no eres tú, ¿quién crees que lo va a hacer?, y en el caso de que hubiera alguien ¿permitirías que manipulara tu destino?... estoy segura de que no. Una cosa es saber todo esto que te cuento, obviamente todo el mundo lo sabe; que si el destino, que si las riendas de tu vida… pero, ¿cómo era eso… lo de aplicarse lo que uno ya sabe? Si… es complicado, demasiado para mi gusto. Pero nada es fácil. El mundo es egoísta, bueno quizás el mundo no porque ha sido creado de manera perfecta. Pero los que sí son egoístas son los seres humanos, incluyéndome yo también por supuesto. Somos seres defectuosos, sin ningún tipo de perfección. Pensamos en nuestro propio beneficio constantemente y de vez en cuando echamos una ojeada a lo que nos rodea… pero eso no es suficiente. Lo que te quiero decir con todo este rollo es que nadie va a venir a salvarte el culo cuando tú tienes la cabeza llena de pájaros esperando… ¿a qué? Creo que lo mejor que uno debe hacer es empezar a construir su vida desde el principio, sin saltarte ni un solo paso. La mejor forma es preguntándose, ¿a quién o qué estoy esperando? Y cuando hayas descubierto qué es lo que quieres en la vida y lo que no… ahí, justo en ese preciso momento habrás escrito la primera frase de ese destino del que te hablaba. Ese será un gran paso. Quizás el más difícil, pero te aseguro que después valdrá la pena haberlo dado.
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